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Tequila, bebida característica de México

Si hay una bebida en el mundo totalmente identificada con el lugar de procedencia, esa es el tequila, un destilado que originalmente proviene de la ciudad del mismo nombre que se encuentra ubicada en el Estado de Jalisco.

Su elaboración se da a través de la fermentación y el destilado de un jugo que se extrae del agave, especialmente el azul: de acuerdo a su lugar de procedencia (hay que decir que sólo se permite su producción en Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Nayarit y Tamaulipas) varía su apariencia, que va de ambarina a incolora.

En la actualidad la producción de tequila se ha extendido a todo el mundo a través de la exportación, aunque siempre se la tiene en cuenta como una bebida típicamente mexicana. Sobre su historia, decir que la primera industria de esta bebida fue fundada por Nicolás Rojas a mediados del siglo XIX: La rojeña fue el nombre de fantasía de esta empresa.

El tequila se hizo tan popular, que las autoridades decidieron en 1974 darle protección oficial a municipios de Jalisco y Nayarit donde se producía esta bebida, como así también al registro de la denominación de origen del tequila a nivel internacional.

Hay que señalar que para que la bebida sea denominada tequila tiene que haber sido elaborada en México y tener al menos un 51 % de azúcares provenientes del agave. De todos modos hay que recordar que los tequilas más puros tienen 100 % agave. Por ejemplo hay tequilas mixtos, donde el agave es mezclado con jarabe de maíz o de caña de azúcar. Sin embargo aquellas que cuentan con protección del Consejo Regulador del Tequila dicen en las etiquetas de sus envases, para certificar su origen, la leyenda “100 % de agave”.

Por otra parte se debe remarcar que a partir de su añejamiento se pueden otorgar tres categorías a esta bebida. Por un lado tenemos el tequila blanco, conocido también como plata, que es el que se consigue recién terminada la destilación.

En segundo término tenemos el reposado, que está de dos meses a un año en barricas de encino o roble blanco, logrando un sabor mucho más suave. Y finalmente está el añejo, que madura al menos durante un año en barricas de roble blanco: tiene una textura que puede ser dorado fuerte y tiene un sabor con una gran presencia de la madera. Recomiendan los especialistas no añejarlo más de cuatro años, porque se estropea.

Foto vía: Tequilachipotle