Templo del Carmen, en Celaya

Templo del Carmen en Celaya

El pueblo de Celaya es una comunidad muy humilde de la república, pero que cuenta en su historia con algunos hijos pródigos, como es el caso del arquitecto Francisco Eduardo Tresguerras, quien como fruto de su proverbial imaginación creó el Templo del Carmen.

Tresguerras era además escultor y pintor, y durante el Siglo XVIII entregó un cuerpo notable de obra, entre las que podemos destacar este edificio religioso, considerado su obra maestra y también una de las grandes piezas del período neoclásico.

Hay que recordar que el templo original de esta comunidad religiosa sufrió un incendio allá por el Siglo XVIII, y fue el mencionado arquitecto el encargado de reconstruir el edificio. La piedra basal fue puesta en 1802 y el emplazamiento de dicho centro litúrgico llevó nada más y nada menos que cinco años. Se debe saber también que Tresguerras era bastante obsesivo, y que durante el proceso de construcción supervisó cada resquicio.

El 13 de octubre de 1807, el Templo del Carmen fue consagrado a Santa Teresa, una de las más importantes Santas de la orden Carmelita. Desde entonces se ha convertido en la más respetada sede para dicha corriente religiosa en Celaya, una ciudad ubicada a 50 kilómetros de Santiago de Querétaro.

Otra particularidad de este espacio es que en la zona sur del edificio, la que da a la calle Del Carmen, se encuentra una estatua del arquitecto que la construyó. Esta estatua lo que busca es rendir homenaje a tan distinguida figura, fundamental para la corriente neoclásica en la República de México. Claro está que Tresguerras se merece todos los homenajes que se le hacen, ya que cuando uno recorre su obra descubre la importancia de su estilo: en este templo son fundamentales los espacios y la impactante belleza de algunos sectores.

Por ejemplo se puede mencionar la grandiosidad del vestíbulo, donde hay cuatro pilas de agua bendita, un espacio iluminado y muy ventilado: esto último, fundamentalmente, se contrapone a lo que habitualmente recordamos de las iglesias y templos religiosos. En la fachada, la cual está mirando hacia el oriente, podemos encontrar una torre y un pórtico que son parte de la misma pieza. Dicen quienes lo conocen, que el Templo se merece una visita. De lo que todos están seguros, es que se trata de uno de los edificios más imponentes de Guanajuato, y que la comunidad está feliz de albergar esta obra.

Foto vía: Mexicoenfotos

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