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El Porfiriato en México, 1876-1911

El 15 de septiembre de 1830 nacía en Oaxaca José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, militar y político mexicano que hasta en nueve ocasiones llegó a ser presidente de México. A lo largo de su vida tomó parte en algunas de las batallas más importantes del siglo XIX, como la de Puebla, la de Miahuatlán o la Batalla de la Carbonera. Sin embargo, pasaría más bien a la historia por dar nombre a uno de los principales periodos históricos de México.

Se le llama Porfiriato al tiempo en el que Porfirio Díaz ejerció el poder en el país. Esta época tuvo lugar entre 1876 y 1911, a excepción de los años 1880-1884, en los que gobernó Manuel González. Durante los años anteriores, y a tenor de las grandes guerras que la habían atenazado, México se había visto envuelta en una profunda crisis general. La delincuencia estaba a la orden del día, y la seguridad y los servicios para los ciudadanos apenas existían.

Con la llegada de Porfirio Díaz al poder las cosas cambiaron. Se logró la estabilidad política, hubo un importante crecimiento económico y disminuyó la delincuencia al tiempo que crecía la seguridad del país. Sin embargo, también se produjeron otros episodios nefastos, como el despojo de la propiedad comunal indígena, la represión con mano dura a quienes alteraran el orden público, el ataque a la libertad de prensa y la más absoluta pobreza en la que seguía viviendo buena parte de la población.

Un régimen por tanto de altibajos y claroscuros, que muchos historiadores definen como extraño. Porque si bien se modernizó la infraestructura del país y se consiguieron notables avances en lo económico, la sensación de dictadura y caudillaje era latente entre los ciudadanos. Tanto es así que al acabar el régimen, más de la mitad de los mexicanos vivían en la pobreza, en unas condiciones realmente malas.

La zona más castigada de México en este aspecto fue el sur del país. Si bien el norte podía competir ya en belleza con las ciudades europeas, a medida que bajábamos la gente moría literalmente de hambre. Más de diez millones de personas eran analfabetas, sobre todo las que vivían en los pequeños pueblos y aldeas, algo que a primera vista no cuadraba con la situación de crecimiento global del país.

Otro de los grandes contrastes de la época era el haber conseguido la pacificación en el país, asolado por las guerras anteriores, pero a cambio de crear una constante represión. Existían zonas de explotación sistemática de indígenas, quienes vivían totalmente esclavizados, y rara era la ocasión en la que no desaparecían personas extorsionadas y torturadas.

En definitiva, el Porfiriato fue una época de grandes contrastes. El crecimiento económico del país y la mejora notable en las infraestructuras chocaron con la situación inestable de los campesinos. Todo acabaría en 1910 cuando, tras ser reelegido como presidente de la república por séptima vez, Porfirio tuvo que dimitir e irse de México (moriría en París en 1914) por mor de un movimiento revolucionario de largo alcance.