El Ángel de la Independencia
El nombre oficial del monumento que os presentaremos hoy es Monumento a la Independencia, aunque es innegable que para la mayoría de quienes caminan junto a él a diario se trata, en realidad, del Ángel de la Independencia. Y no es de extrañarse.
Esta escultura, situada en el corazón de la Ciudad de México, es nada menos que un ángel dorado que forma parte de una columna que, en total, mide casi 50 metros de alto. Este inmenso y encantador ser alado que domina las vistas de la ciudad está ubicado en la glorieta que conforma el cruce del Paseo de la Reforma y Río Florencia.
Sus orígenes datan del año 1910, cuando fue inaugurado para conmemorar el centenario de la Independencia de México. Sin embargo, a lo largo de los años su historia tuvo un sinfín de sobresaltos, incluso el episodio conocido como la “caída del ángel”, cuando la escultura cayó a tierra tras un fuerte terremoto que azotó la ciudad.
Felizmente, había no pocos escultores dispuestos a restaurar y regresar al ángel a lo alto de la ciudad, y así fue que, tras el susto que se llevaron los pobladores locales en 1957, pronto fue devuelto a su lugar, y el monumento se reinauguró en septiembre del año siguiente.
Este monumento fue inspirado en las columnas honorarias romanas, de las cuales la Columna de Trajano es un ejemplo destacable, y que también muchos monumentos modernos imitaron, como la columna de la victoria de Berlín.
Por ello, el ángel puede identificarse con la Victoria Alada. Se trata de una estatua de bronce, hueca, que sostiene una corona de laureles en el brazo derecho, en pose de estar a punto de coronar a los vencedores, mientras que el brazo izquierdo sostiene una cadena rota compuesta por tres eslabones, que representan los tres siglos de colonización que duró el virreinato.
Foto Vía: Ana y su sombra

Conéctate