Teatro Metropolitan, epicentro de grandes espectáculos

Teatro Metropolitan

La historia del Teatro Metropolitan se parece a la de muchos cines y teatros que han visto el avance de la sociedad, para quedar perimidos, en el olvido: un gran cine de otrora, que no pudo mantenerse y fue cerrado, atesorando entre sus paredes el recuerdo de un pasado de luminarias que ya no son. Sin embargo, el destino ha jugado aquí su carta más amable y el final parece el de una de las películas de Hollywood donde el muchacho se queda con la chica y le gana a los malos.

Es que lo que otrora fue el Cine Metropolitan es en la actualidad el Teatro Metropolitan, ubicado en Independencia 40, de la Ciudad de México en el centro histórico. Se trata de una enorme sala teatral que en la actualidad ha sido escenario para muchos musicales de Broadway y también con la participación de reconocidas bandas como REM, Oasis o The cramberries, brindando destacados conciertos. Además, el Metropolitan suele ser una de las sedes del Festival Internacional de Jazz.

Este inmueble tiene 70 años de vida y su emplazamiento se debe al trabajo del arquitecto Pedro Gorozpe Echeverría, quien fue el encargado de proyectar la visión del escenógrafo Aurelio G. Mendoza. En las instalaciones se fusionan dos estilos muy particulares, aunque se debe reconocer que con cierta armonía: por un lado, el interior está ambientado en estilo neoclásico mientras que el exterior luce un apabullante diseño art decó. Con decir que mucha gente concurre para ver espectáculos, pero muchos otros lo hacen para apreciar su arquitectura.

Las puertas del Metropolitan fueron abiertas en 1943, con una impresionante fiesta de inauguración y donde las primeras grandes presentaciones fueron una «premiere» de Los miserables, de la que participó el presidente de la República de México, Manuel Avila Camacho. Como era de esperar, esta novedad luego convocó el interés de la gente y, muy especialmente, de los propios artistas mexicanos como María Félix, Dolores del Río, Andrea Palma o Pedro Armendáriz, quienes habitualmente concurrían a sus funciones. Eran tiempos de furor del cine de aquel país.

Con el descenso en la calidad de la cinematografía mexicana, comenzó el declive del Metropolitan, que finalmente tuvo que dejar de funcionar como cine. Sin embargo, con el tiempo se logró recuperar estas instalaciones y ponerlas a nuevo. Por ejemplo, brilla más que nunca la escalinata principal, mientras que su arquitectura se revela como muy bella aún en el presente.

Con la más amplia tecnología en sonido, el Teatro Metropolitan es en la actualidad epicentro de la movida artística local e internacional.

Foto vía: Elcentrohistorico

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