El Santuario de Atotonilco en Guanajuato
En esta zona la fama y el turismo se la lleva la ciudad de San Miguel de Allende, pero 15 kilómetros al norte se halla Atotonilco, en el estado de Guanajuato, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el 2008 por su aspecto cultural y por su importancia en la lucha por la Independencia de México sobre España.
El término Atotonilco proviene del náhuatl, y significa lugar de aguas calientes. Como es de preveer por este nombre, la ciudad cuenta con manantiales subterráneos, los más importantes a un kilómetro de distancia, un atractivo que se une a su hermosa arquitectura colonial española y mexicana. La mayoría de sus edificios están hechos en piedra o en adobe.
De estos edificios destaca especialmente el Santuario de Jesús Nazareno de Atotonilco, un magnífico templo de estilo barroco construido en el siglo XVIII por el sacerdote Neri de Alfaro. Se halla un tanto a las afueras de la ciudad, y es uno de los conjuntos más hermosos que pueden verse en todo el estado.
El austero exterior (austero en decoraciones, no en imponencia) no trasluce para nada lo que podemos contemplar en el interior. Afortunadamente ha sido restaurado en los últimos años, lo que ha valido ser Patrimonio de la Humanidad en el 2008. La nave principal, la sacristía y las seis capillas laterales están cubiertas de magníficas pinturas murales, esculturas y todo tipo de decoración.
Del conjunto de estas pinturas hay que destacar las dos que pueden verse en la Sacristía. Dos pinturas al óleo del siglo XVIII en los que el autor intentó asimilar los paisajes de San Miguel de Allende con los de Jerusalén, ya que Neri de Alfaro intentó inspirarse en el Santo Sepulcro de Jerusalén para construir todo el templo.
Todos los rincones del interior están decorados con estas pinturas murales, en donde pueden verse gran cantidad de paisajes y figuras religiosas. Seguro que a muchos de vosotros os recuerdan a las típicas pinturas flamencas.
El Santuario de Atotonilco es famoso también en México por un hecho histórico de gran relevancia. Fue en el interior de este templo, un 16 de septiembre de 1810, cuando Miguel Hidalgo, sacerdote y militar que se le recuerda por lanzar el Grito de Dolores (el acto con el que se inició la Guerra de la Independencia en México) tomó el estandarte de la Virgen de Guadalupe, la bandera que sirvió para la lucha por la Independencia.

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