La Plaza de la Patria en Aguascalientes

Plaza de la Patria

Dicen que Aguascalientes es la ciudad más limpia de Latinoamérica y una de las que cuenta con mayor calidad de vida. Si estáis acostumbrados a vivir en grandes ciudades, donde el tráfico y la polución están a la orden del día, notaréis una sensación francamente diferente al llegar aquí. A esto hay que añadirle que no estamos en un lugar cualquiera, sino que a día de hoy, por su cultura y su patrimonio, puede ser uno de los referentes turísticos de todo México.

Si tenéis pensado visitar la ciudad nada mejor que iniciar el recorrido por la céntrica Plaza de la Patria, corazón social de Aguascalientes y punto de encuentro de todo el mundo. Todas las ciudades tienen un lugar emblemático, y este es el más señalado por los lugareños. Aquí se concentran precisamente algunos de los edificios más importantes de la ciudad, como la Catedral Basílica, el Palacio de Gobierno, el Palacio Municipal y el Palacio Legislativo.

Pero tal vez la imagen que todo el mundo tiene de la plaza es la de su columna estriada, la que se halla en el centro. Fue erigida ya en 1808 por Manuel Tolsá con el objetivo de honrar al rey español Carlos IV. Lo curioso es que precisamente no fue la estatua de este monarca la que se colocó en ella, sino la de Fernando VII, quien era el que ascendió al trono cuando se concluyó la obra. Tras la Independencia se derribó el busto, y no fue sino hasta 1986 cuando se colocó el águila que devora a la serpiente, símbolo nacional.

¿Por qué el nombre de Plaza de la Patria o Plaza de Armas, como también se la conoce? Pues prácticamente como casi todas las demás plazas que se llaman así, porque durante la época del virreinato aquí se realizaban demostraciones militares por las mañanas. Precisamente aún pervive la vieja tradición por parte del Ejército de rendir honores cada tarde frente a la columna.

Cualquier hora del día os recomendaría para visitar esta plaza, bulliciosa y alegre por las mañanas, más nostálgica a la caída de la tarde. A mí particularmente me gusta al atardecer, y no solo por ese momento del día que resulta más tranquilo, sino por los colores que el sol proyecta en los edificios. Situaros junto a la columna del centro y contemplad una vista realmente preciosa.

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